Me encanta Juego de Tronos. No he leído los libros y no creo que lo haga, ya que la serie me deja más que satisfecho. Le comentaba a mi tío que ya con 24 tacos no me veía hablando apasionado de películas/series/libros de fantasía como cuando tenía 13 y estrenaron El Señor de los Anillos. Y sin embargo aquí estoy, un enganchado más, esperando ansioso a que llegue el lunes para ver tan esperado último capítulo de la 4ª temporada, que, según todos los colegas que sí que han leído los libros, debe ser uno de los más impactantes y sangrientos.
En el capítulo 9 (que a muchos no ha gustado y no entiendo muy bien por qué) presenciamos una de las mayores batallas de la serie, donde un puñado de guardias de la noche debían defender la ciudadela negra frente el ataque por dos frentes de los salvajes. Vimos acción a raudales, gigantes, mamuts, grandes peleas de espada, sangre, muerte, un par de reencuentros emotivos y todo lo que se puede esperar de un enfrentamiento así.
El capitan Sir Alliser, que hasta entonces había resultado un individuo especialmente desagradable por sus desavenencias con John Snow, muestra en el momento decisivo que es un tío con dos pares de cojones: reconoce su error al no haber sellado el muro cuando pudo y da la cara comandando a su pequeño grupo de cuervos frente al enemigo, dando arengas cuando hay que darlas y cortando cuellos cuando se necesita donde se necesita. Se enfrenta en duelo singular a Tormund, en una breve pero intensa escena, y cae malherido, no sin ponérselo difícil al barbudo. Cuando sus soldados lo protegen llevándolo a resguardo, no deja de gritar órdenes como un poseso. Aquí mando yo hasta el último suspiro, mecagoentó.
Sir Alliser |
Dos cojones. Un tío de verdad. Dando la cara en el último momento. Dando buenos discursos con una voz ronca que pone la piel de gallina, no la voz de niña de primaria de John Snow y su cara inexpresiva de plastilina.
Por otro lado, tenemos a otro personaje despreciable. Sir Janos Slynt. Completamente desbordado por la situación, es incapaz de dar la cara en el campo de batalla. En cuanto tiene la oportunidad, se esconde miserablemente en un cuarto de la ciudadela a esperar que escampe el temporal. Sus compañeros mientras tanto, sufren el embiste de la acometida de los salvajes, dando la cara para que tipos como él, cobardes y despreciables puedan seguir viviendo.
Sir Slynt |
La batalla termina, y mientras que Alliser está malherido (no sé si sobrevive), el capullo de Slynt queda sin ningún rasguño, tranquilito y descansado. Su actitud nos parece a todos deplorable, es el primer tío que desearíamos ver muerto de una forma odiosa en GoT
Y hasta aquí la puesta en contexto. Quiero hacer ahora una pequeña reflexión.
Imaginemos ahora que lo que ocurre es que los salvajes vencen, Ygritte le mete una flecha en el ojo a John Snow (porque no sabe nada) y los demás son gustosamente cocinados con muchas especias por los thenitas. ¿Alguien podía predecir eso? No, nadie. ¡Podría haber ocurrido! Es más, era bastante probable que la ciudadela cayera frente a un ataque así. Podría haber ocurrido entonces que la rata de Slynt sobreviviera agazapado en un cuarto. Luego es verdad que lo habrían encontrado y difícilmente podría haber escapado de allí. Pero nunca se sabe. Al menos sobreviviría más tiempo que los demás. Y si hubiera colaborado activamente, quizás su intervención no habría sido decisiva y habría caído a la primera de turno.
Entonces, bajo esta óptica, Slynt es una rata cobarde (eso no lo quita nadie), pero también estaría siendo un tipo inteligente. Vio lo que se avecinaba y se puso a resguardo. Por otro lado Sir Alliser estaría siendo un macho cabrío descerebrado, enfrentándose a una muerte segura y perdiendo sus santos cojones para ser degustados como deliciosas criadillas de cuervo por los thenitas. ¡Vaya gilipollas! Valiente sí, pero muerto bien muerto.
¿Alguien sabía el desenlace de la batalla? NO, la respuesta es que nadie lo sabia. Aquí está resumido como juzgaríamos a los personajes dependiendo de lo que ocurre
Ganan los salvajes Pierden los salvajes
Slynt inteligente y cobarde Slynt estúpido y cobarde
Alliser descerebrado y valiente Alliser inteligente y valiente
Igual que cuando Steve Jobs cuenta su historia de cómo incluso un curso de caligrafía que hizo en su juventud contribuyó al éxito de Macintosh, tendemos a pensar que una persona que el éxito de ciertos individuos es perfectamente razonable y predecible. Hicieron tal y consiguieron tal otra cosa. Pero se nos olvidan todos los individuos que hicieron cosas que eran perfectamente razonables y luego, porque el universo en gran parte ES impredecible, no consiguieron sus objetivos.
Una situación parecida es una en la que un grupo de personas debe adivinar si una moneda que se lanza a las seis de la tarde saldrá cara o cruz. Esto ocurre por el plazo de 10 días. Las probabilidades de adivinar los 10 lanzamientos son de 1/2^10, es decir, muy bajas. Pero si lo haces con un grupo de personas suficientemente grande, de unos 1000 individuos, hay buenas opciones de que al menos uno de ello acierte todos los lanzamientos.
El ejemplo no es perfecto porque aquí vemos que lanzar una moneda es un fenómeno indiscutiblemente aleatorio. El individuo (a menos que sea un magufo de nivel tres) sabrá que ha tenido una suerte del copón, pero poco más. El problema está cuando el sistema en el que juegas es impredecible pero TÚ tienes la sensación de que SÍ es predecible, aunque no lo sea. Y si aciertas en tu predicción, luego te convenceras a tí mismo de que toda era razonable y debía ocurrir exactamente como lo pensaste.
Sea cual sea el resultado, Alliser tiene dos cojones y Slynt es una rata, eso no lo quita nadie